Un episodio controvertido en la primera ronda
El domingo 26 de mayo volvió a dejar en evidencia lo tenso que puede ser un partido de alto nivel en Roland Garros. Terence Atmane, joven promesa francesa de 21 años, se encontraba en plena batalla frente al austríaco Sebastian Ofner. Tras perder el tercer set, mientras lideraba 4-1 en el cuarto, una rotura de cuerda en su raqueta se convirtió en el desencadenante perfecto para un momento de frustración: Atmane golpeó la pelota con irritación y esta terminó por dar en la pierna de una espectadora que nada tenía que ver con el desenlace del partido.
Según el árbitro del torneo, Rémy Azemar, el asunto no pasó a mayores porque la mujer aseguró que no necesitó atención médica. Aun así, Atmane recibió una advertencia por conducta antideportiva junto con una multa considerable. Aquí es donde las redes sociales explotaron: ¿por qué en 2023 la japonesa Miyu Kato fue descalificada en una situación casi idéntica, pero con una recogepelotas, y Atmane solo fue multado?
Reacciones, disculpas y polémica sobre el reglamento
En medio de la tormenta digital, el propio Atmane se pronunció por Instagram: “Este gesto no fue intencionado. Pido disculpas por mi estallido emocional”. El francés aclaró que la rotura de la cuerda afectó el trayecto de la pelota, pero no evitó su responsabilidad, declarando sentirse “demasiado en shock para reaccionar al instante”.
En su mensaje, Atmane confesó también una lucha recurrente con el estrés y la gestión de emociones en situaciones límite dentro de la pista. Además, expresó sus deseos de pedir disculpas personalmente a la espectadora y dejó claro el arrepentimiento por lo sucedido. L'Equipe, diario deportivo francés, confirmó que la verificación médica pesó en la decisión de no expulsar a Atmane del torneo.
Lo curioso es que el criterio disciplinario en el tenis parece, a ojos de muchos aficionados y expertos, tan imprevisible como una pelota desviada por una raqueta rota. Si Miyu Kato fue descalificada el año pasado por un impacto involuntario contra una recogepelotas, ¿por qué Atmane, implicado en una acción similar con una espectadora, solo recibió una multa?
Este suceso reabre el debate sobre la coherencia —o falta de ella— en la aplicación de sanciones en los Grand Slam, donde cualquier gesto impulsivo no solo puede cambiar el curso de un partido, sino también desencadenar discusiones que van mucho más allá del marcador.